Entre cuatro paredes

Es un gustazo leer noticias como ésta. Juan Carlos Marset para mí fue el mejor profesor que tuve en la carrera. Empezaba a hablar y te quedabas durante toda la hora con la boca abierta oyendo sus teorías sobre arte, filosofía, estética... y te dabas cuenta por qué merecía la pena ir a clase. No solo para coger apuntes sino para oir una lección magistral de cultura.

Una de las mejores cosas, cuando veíamos las películas de Jean Cocteau en clase y te enterabas de que todo ese surrealismo tiene sentido, y qué sentido.

Había una escena de la película Orfeo en la que éste bajaba al infierno a buscar a su amada Eurídice y el demonio le pone una condición para poder llevársela de nuevo a la vida. La cogería de la mano e irían subiendo, ella iría detrás y el requisito era no volver la cabeza para mirarla hasta que llegaran arriba. Como era de esperar Orfeo volvió la cabeza para ver a su amada y entonces la perdió para siempre. (En la película mira por el retrovisor del coche, ella está sentada detrás). Ea, a tomar nota, que las metáforas están para algo.